Pequeña familia con grandes resultados en la Lucha Libre. |
Como
el ave Fénix resurgió de sus cenizas para posarse sobre el colchón olímpico y obtener
un resultado soñado: medalla de plata y clasificación directa a los Juegos
Panamericanos Lima 2019.
Abel “La Roca” Herrera, estudiante villarrealino, entrenador, preparador físico y cuatro
veces campeón sudamericano de Lucha Libre, lleva una sonrisa de oreja a oreja
tras derribar el obstáculo más grande de su carrera. Por fin pudo ver la luz
al final del túnel, luego de superar una suspensión de tres años por dar
positivo en un control antidoping en el 2015.
Apenas
cumplió su sanción, la puerta de la oportunidad se abrió y entró para
cobrarse su revancha. Se preparó dos meses y quedó segundo en el Torneo Panamericano Senior 2018, el 6 de mayo, en la Videna.
Este
resultado le permitió ubicarse en la décima posición en el ranking mundial de la
categoría 65 kg de la United World Wrestling, puesto al que ningún atleta
peruano ha llegado, teniendo en cuenta que son miles de luchadores olímpicos,
según las estadísticas de la Federación Deportiva Peruana de Lucha Amateur.
Abel
Herrera se siente como un pez en el agua y desea con ansias competir en el
Campeonato Mundial de Lucha que se realizará en Budapest, Hungría, del 22 al 28 de octubre de este año. Luego, ganar una medalla de oro en Lima
2019 y dedicárselo a su hijo Oziel y esposa Thalia Mallqui.
Thalia
es campeona nacional, sudamericana y panamericana de Lucha Libre. Me falta un
poquito –dice, Abel con una sonrisa- para estar al nivel de ella.
Thalia
Mallqui pertenece a la categoría 50 kg y en la competencia deja bien alto el
nombre del Perú, tal como lo demuestra sus triunfos en varios países.
Por
avatares del destino, un mes después de la medalla de plata de su esposo,
el 6 de junio, Mallqui quedó en segundo puesto en el XI Juegos Suramericanos
2018, en Cochabamba, Bolivia.
Cuando
un atleta de Lucha Libre compite sale con la bandera de su país y detrás de
ese deportista están médicos, entrenadores, dirigentes y compañeros. La
satisfacción del triunfo es compartida.
Thalia
y yo –menciona, Abel- tenemos una motivación para salir adelante en la Lucha Libre: nuestro hijo Oziel Herrera Mallqui.
Aquí
se aplica el refrán popular: “De tal palo tal astilla”. Oziel completa el
triángulo de una familia de campeones. Con tan solo nueve años su nombre
empieza a sonar en el deporte de la Lucha Libre, ya que ostenta el récord de tres
veces campeón nacional y cinco veces campeón metropolitano.
¿Estoy
orgulloso de mi hijo? Claro -responde, Abel- y también de mi universidad Villarreal. Aunque pido comprensión
a los profesores, porque los horarios de entrenamiento que programa la
federación son complicados.
La vida
de un atleta de talla internacional como Abel “La Roca” Herrera es
difícil: entrenar, estudiar, tener una familia y superar su
ausencia en la lucha tras el error en el consumo de un esteroide anabólico.
Con el
regreso de Abel Herrera en la Lucha Libre, la familia Herrera Mallqui está decidida a traer más medallas para el Perú. Además de un gran
luchador, “La Roca” se ha convertido en un ejemplo de superación.
Ahora
participa de seminarios para prevenir el uso de sustancias prohibidas y crea
conciencia en los jóvenes deportistas de los peligros que éstos pueden implicar.
¡Volvió Abel “La Roca” Herrera! ¡Volvió la familia con sangre de campeones!
¡Volvió Abel “La Roca” Herrera! ¡Volvió la familia con sangre de campeones!
Entrevista:
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